sábado, 31 de mayo de 2008

Los nazis en México

México fue considerado por la Alemania de Adolfo Hitler como una pieza estratégica antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Analizar la presencia en nuestro país del actor Errol Flynn, del magnate sueco Axel Wenner-Gren, del petrolero estadounidense Jean Paul Getty y de la actriz alemana Hilda Kruger, a la luz de los informes secretos de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, confirma la importancia que los nazis dieron a este país.

A partir de 1985el Archivo Nacional de Washington comenzó a desclasificar millones de documentos referidos a actividades nazis en diversos países. Todos estos informes habían sido enviados al Departamento de Estado por sus servicios de inteligencia, diplomáticos, agregados militares y navales. La información contenida en estos documentos permaneció en secreto cerca de 40 años. Pero cuando se desclasificaron, salieron a la luz historias inéditas de personajes hasta entonces prestigiados.

Lo que resultaba realmente fascinante para nuestro país era que los archivos desclasificados reportaron actividades de agentes de la inteligencia militar alemana. La Abwehr, y la policía secreta de Hitler, la Gestapo, en territorio mexicano.

Fue así que los servicios de inteligencia nazi enviaron a Hilda Kruger para que penetrara en las élites políticas mexicanas y asegurara que el gobierno continuara con la venta de crudo. Desde su llegada, Kruger se transformó en una “mata Hari”, en la mujer que cautivo a un selecto e importante grupo de funcionarios. Ya en Alemania había sido amante del Ministerio de Propaganda nazi, el poderoso Joseph Goebbels. Los funcionarios mexicanos que comenzaron “jugando” a la galantería, en aras de conquistar a Kruger, terminaron colaborando y encubriendo las actividades nazis.

Otra de las actividades que realizaron los oficiales del Tercer Reich fue utilizar a nuestro país como plataforma para conseguir la información que requerían sobre los movimientos militares estadounidenses. En esta operación tenían como principal colaborador a un alto militar mexicano, destacado en las actividades diplomáticas: Francisco Javier Aguilar González, quien fuera agregado militar en la embajada mexicana de Washington y en Alemania, además de embajador de Japón, China, Francia y Portugal.

El general Aguilar Gonzáles y los agentes nazis crearon el primer cártel de narcotráfico en México, cuyo fin era cruzar drogas hacia los Estados Unidos. Fue a través de esta organización que lo espías alemanes y japoneses “invadieron” con narcóticos las bases navales de sus enemigos ubicadas en los puertos del Pacífico.

En las actividades de creación y consolidación del primer cártel de la droga participaron varios políticos y funcionarios, encabezados por Gonzalo N. Santos y Donato Bravo Izquierdo. Además se beneficiaron del dinero del narcotráfico los gobernadores de Veracruz y Puebla, Miguel Alemán Valdés y Maximino Ávila Camacho, respectivamente.

En esta operación participó de manera destacada Errol Flynn, para entonces una de las máximas figuras del cine norteamericano. El actor traficaba las drogas entre México y Estados Unidos a bordo de su yate privado, el Sirocco.

Los agentes alemanes, además, apoyaron en toda la República a una gran cantidad de organizaciones de corte fascista. Tanto las “Camisas Doradas” como el movimiento Sinarquista, para entonces la mayor organización de masas, fueron financiados con dinero de la Embajada Alemana en México con el objetivo de que apoyaran la rebelión de Almazán.

En los informantes de la Embajada de Estados Unidos en México resalta uno de manera muy especial: Diego Rivera. El prestigiado pintor se convirtió en improvisado “espía”, denunciando la colaboración de algunos de sus ex camaradas comunistas.

Tras el pacto que firmara el 23 de agosto de 1939 el ministro soviético Molotov con su homólogo alemán von Ribentropp, los agentes comunistas trabajaron en México “en estrecha colaboración con los nazis”. Este extraño amasiato fue denunciado por Diego Rivera a los diplomáticos de los Estados Unidos.

Al término de la Segunda Guerra Mundial, la penetración que lograron los agentes de la Gestapo y la Abwehr en los gobiernos de América Latina permitió que altos mandos nazis escaparan y que sus crímenes contra la humanidad quedaran impunes.

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