jueves, 5 de junio de 2008

La Guerra de Galio

Héctor Aguilar Camín
Periodista, historiador y escritor mexicano, uno de los intelectuales más sobresalientes de México. Nació en Chetumal, en el estado mexicano de Quintana Roo en 1946. Estudió ciencias y técnicas de la información en la Universidad Iberoamericana y realizó su doctorado en historia en El Colegio de México. En 1989 fue becario de la Fundación Guggenheim. Fue investigador en el Instituto Nacional de Antropología e Historia y colaborador en los periódicos La Jornada, Unomásuno y La Cultura en México. Ha dirigido la revista Nexos y la editorial Cal y Arena. Representante del llamado “nuevo realismo”, su aguda observación política y su crítica social han quedado patentes en las novelas Morir en el golfo (1985), La guerra de Galio (1990), El error de la luna (1995), El resplandor de la madera (1999) y Las mujeres de Adriano (2002). También ha publicado ensayos sobre temas culturales e históricos, como La frontera nómada (1977), Saldos de la revolución (1984) o Después del milagro (1988); libros de cuentos, como La decadencia del dragón (1983) e Historias conversadas (1991); y ha realizado numerosas traducciones. En 1986 recibió el Premio Nacional de Periodismo Cultural, en la categoría de artículo de fondo, y en 1992 fue galardonado con la Medalla al Mérito por el gobierno de su estado natal por su trayectoria periodística y literaria. Su más reciente publicación es la novela corta Mandatos del corazón (2003).
La Guerra de GalioLos personajes de esta novela son, para gran parte del público lector, fácilmente identificables, porque también lo son los hechos que se narran: el golpe a Excélsior (que aquí se llama La república) y la guerra sucia de los años setenta en México. Sin embargo, como en toda gran obra literaria, el relato va más allá de lo evidente para trazar un retrato de la generación que comenzó su vida adulta hacia 1968, de sus ideales, dudas y miserias. También se da tiempo para narrar la historia amorosa de un profesor de historia y su aventajada alumna. Estos elementos se entreveran con maestría y rigor, y no descuidan dar destino a ninguno de los actores.

No hay comentarios: