jueves, 5 de junio de 2008

El debate político e intelectual en México

JAIME SÁNCHEZ SUSARREY
Como consecuencia de la reforma política y de la evolución de las distintas fuerzas de izquierda se produjo en 1981 la fusión de varias organizaciones.Nace así el Partido Socialista Unificado de México (PSUM): su perfil ideológico y programático no es del todo claro, pero afirma que su acción será guiada por el socialismo científico y que su objetivo es la construcción de una sociedad socialista. La cuestión electoral y la participación en el parlamento pasan a primer plano. El debate político nacional experimenta un desplazamiento: ya no se centra en la actualidad de la revolución, sino en la cuestión de la democracia, el proteccionismo y el estatismo. La izquierda enfoca sus baterías contra el libre comercio y contra la democracia sin adjetivos. El neoliberalismo que busca la inserción de México en la economía mundial, la contracción económica del Estado y establecer alianzas con los intereses del imperialismo. Los socialistas hacen del proteccionismo (el desarrollo del mercado interno ( y de la intervención estatal dos baluartes de la soberanía nacional. Postulan que sus alianzas y sus soportes están en el movimiento obrero en particular y en el movimiento popular en general: clases medias, campesinos, pequeños empresarios. La ampliación de la intervención estatal les parece una reivindicación legítima e indispensable: cada nueva empresa estatal e una conquista de la nación sobre la economía. La propiedad estatal se identifica con el patrimonio nacional. Nacionalizar es hacer patria.El Nacionalismo revolucionario se asume por la izquierda de dos maneras distintas: para unos es el verdadero proyecto progresista, la única opción viable que está enraizada en las mejores tradiciones del pueblo, y que en determinado momento se podrá ligar con un programa socialista. Para otros, el empeño nacionalista no pasa de ser un reformismo pequeño burgués, pero admiten que es un programa menos conservador que el neoliberalismo. Esta convergencia explica que las discusiones sobre la entrada de México al GATT en 1979 y 1085, y la nacionalización de la banca hayan encontrado a toda la izquierda del mismo lado. Todo un favor del proteccionismo, del estatismo y de una democracia con adjetivos.Los intelectuales de izquierda vieron en la nacionalización de la banca un avance sustancial del proyecto nacionalista y revolucionario.La posición de Octavio Paz, Gabriel Z aid y Enrique Krauze fue opuesta: vieron en la nacionalización un acto apresurado y demagógico que pretendía restaurar el prestigio del presidente.El México corporativo es minoritario respecto del México no organizado. Los enclaves corporativos, desprovistos de su vínculo con el Estado, son un tigre de papel.La cuestión de las relaciones entre el poder y el saber no es sencilla. El mundo ha cambiado mucho. Sin embargo, la transición que vive México y el peso de nuestra historia no dejan lugar a dudas: el mejor servicio que puede prestarse el intelectual a si mismo, pero también a la sociedad y al Estado, es conservar su independencia e incluso su marginalidad. No hay detrás de esa afirmación ningún maniqueísmo. Es el reconocimiento de que el intelectual no debe responder a otra causa que no sea la de su conciencia y no debe hablar en nombre de ninguna entidad colectiva (llámese Estado, partido o clase) sino en el suyo propio.

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